Los colores y diseños de los lomos, las portadas, el olor a papel y el tacto al pasar las hojas de los libros hacen del formato tradicional algo insustituible. Tener organizados los libros en las estanterías, o incluso por cualquier lado, es un placer difícil de describir pero que es compartido por quien tiene libros en casa.
Con el paso de los años vas acumulando los libros que has leído, que están en la lista de pendientes o que necesitas consultar por trabajo, estudio o mera curiosidad. El hecho es que esas cajitas de conocimiento van ocupando un espacio cada vez mayor y tenerlas organizadas es un reto a resolver; cada cual tiene su método, quizá por color, tamaño, autor, editorial, idioma, temas, periodo, etc.
Si la colección no es muy grande, es probable que nos las podamos arreglar con un simple vistazo para localizar el libro que queremos, pero algunas colecciones son de otras dimensiones y esto no es posible. El registro digital es un sistema que usan las bibliotecas y que podemos aplicar también en nuestra casa.
Varias opciones en la red
Puesto que no trabajo en una biblioteca ni conozco cómo funciona el sistema de registro, pregunté si existía alguna herramienta para hacer algo similar a nivel doméstico y obtuve bastantes respuestas de gente que estaba interesada en un método así, pero nadie tenía la solución. Así que lo que hice, fue investigar por mi cuenta y encontré varias opciones, algunas mejores que otras. Listados de aplicaciones hay unos cuántos, pero el que quizá más me gusto fue el de Julián Marquina en su blog.
Tener tantas aplicaciones puede resultar abrumador y probarlas todas a ver cuál es mejor es algo que puedes hacer, pero quizá no sea lo más práctico. El hecho es que probé varias de las aplicaciones y estuve revisando funciones y críticas de otros usuarios.
Algunas de las funciones que comparten las aplicaciones, en su mayoría, es la adición de libros desde el ISBN (tecleado o por foto), llevar un registro de préstamos, lista de libros pendientes de leer (o comprar), indicar la estantería física en la que se encuentran y compartir listas mediante una url.
Aplicaciones que merecen la pena
Cuando me propuse buscar la herramienta, buscaba que tuviera formato app, web (auto-hosted), que fuera gratuita y de código abierto; para mi desgracia, no la encontré. Me parece importante romper con la dependencia de servidores externos para almacenar tus datos. En el camino, me topé con unas cuántas aplicaciones que cumplen con el propósito.
Sin duda, la mejor opción relación calidad-precio es Collectorz. La estética es un tanto anticuada, pero cumple con lo buscado. Cuesta 30€ al año. No se especifica que tenga un límite de libros.
La mejor opción es Libib, que funciona no sólo como registro de tu propia biblioteca sino hasta cierto punto, como red social dedicada a los libros. Aspecto más moderno y multitud de opciones, con versión gratuita limitada a 5000 libros y funciones limitadas o bloqueadas y la opción de pago, que son $99 al año, con todo desbloqueado y un límite de 100000 libros.
Las más económicas
Para quienes sean más manitas y se les dé bien montar sistemas, la combinación de LibraryThing y TinyCat es una buena opción, bastante completa en cuanto a funciones, pero alejada del público medio. Una opción interesante a tener en cuenta para determinadas personas. Aquí las instrucciones.
Llegados a este punto, podréis pensar que no hay opciones gratuitas y eso no es así. Bookshelf es un servicio gratuito, de lo más completo y con interfaz amigable. Aparentemente no tiene límite de libros. Por ponerle una pega, sólo se puede usar desde la aplicación móvil y no puedes acceder desde el ordenador. Como aplicación privada, mi favorita.
Calibre, el viejo conocido
Llegados a este punto, ninguna opción me permitía mantener mis datos en mis propios equipos así que traté de buscar otra de conseguirlo. La opción fue Calibre, la aplicación pensada para guardar ebooks, aunque suene extraño. Y es verdad que limita bastante al no disponer de formato web, ni de app móvil, ni poder compartir listas y desconozco si la lista se puede tener accesible en una red local (posible en teoría). Poniendo los ‘pros’ y ‘contras’ en la balanza, quizá sea tu mejor opción. A favor, además, puedes indicar si está prestado o no, a quién, la estantería donde está, categorías y cuantos datos extra necesites. De la misma manera que podrías hacer otra biblioteca para gestionar películas o discos de música en formato físico.
Si bien la primera vez que quieras meter los libros te llevará cierto trabajo, será más o menos el mismo tiempo que tengas que dedicar con cualquiera de las otras aplicaciones. En caso de usar Calibre y con el fin de agilizar el proceso, me sirvo de la aplicación de Bookshelf para sacar el listado de ISBNs de todos los libros de la colección, ya que una vez tenga todos los libros escaneados, te permitirá exportar un archivo *.csv con los datos de todos los libros guardados, pudiendo seleccionar las colecciones de forma individual (si los has ido grabando por colecciones) o seleccionar todas de vez.
Antes de comenzar y aunque parezca un tanto tedioso, sólo tendrás que hacerlo la primera vez y siguiendo los pasos, no tiene pérdida. Una vez tengas el archivo *.csv en el ordenador, deberás abrir una hoja en blanco de Excel, ir al menú de ‘Datos’ y seleccionar el botón ‘Desde el texto/CSV’, seleccionas el archivo exportado previamente y se te organizará por columnas, le das a ‘Transformar datos’ y se desplegará una nueva ventana. Ya casi estamos, ahora hay que darle a ‘Cerrar y cargar’ en el botón que está en la esquina superior izquierda y se te abrirá la ventana de Excel con una tabla con los datos de los libros exportados. Nos interesa únicamente la columna del ISBN. Seleccionamos toda la columna y transformamos el formato de celdas a “Número” con cero decimales. Guardamos y reservamos el archivo.
Ahora es el momento de acudir a Calibre y crear una nueva librería, que utilizaremos únicamente para los libros en papel. Jenofonte nos hace un tutorial para gestionar libros reales en Calibre y algún truco extra por si queréis profundizar. Lo primero que haremos será crear una nueva biblioteca en Calibre, de lo que Jenofonte tiene otro vídeo muy didáctico del proceso pero voy a tratar de resumir aquí los pasos.
Una vez abierto Calibre, en la barra superior iremos al botón ‘Biblioteca’ en seleccionaremos el desplegable lateral, seleccionando la opción “cambiar o crear biblioteca…”. Hecho esto, se abrirá una ventana donde tendremos que indicar la ruta donde queremos que se guarde nuestra futura biblioteca (algo habitual será guardarla en la carpeta de Documentos, o en la que venga por defecto) y seleccionaremos la segunda opción, que dice “Crear una biblioteca vacía en la nueva ubicación”, le damos a aceptar y ya tendremos nuestra nueva biblioteca creada.
Llega el momento de importar los libros y para ello, recuperaremos la tabla guardada con los ISBNs. La opción más rápida es introducir el ISBN, con el que de forma automática nos descargará la portada, descripción y demás datos del libro. Simplemente tendremos que copiar la columna y pegarla en la ventana de Calibre. Es posible que algún libro, si se trata de una rara edición, no reconozca el ISBN y haya que introducirlo a mano; simplemente tendremos que seleccionar “añadir libro en blanco” y rellenar los datos a mano.
Seleccionando la opción de introducirlos por ISBN nos servirá tanto la primera vez que agreguemos libros como en el futuro a la hora de actualizar el registro, que será más rápido que andar haciendo fotos y exportando archivos. Cualquier librería con página web tendrá el ISBN del libro que hayas comprado, simplemente tendrás que copiarlo y pegarlo en la misma pestaña de Calibre y se agregará a la colección.
Llegados hasta aquí, sólo queda ir actualizando la biblioteca de Calibre con los nuevos libros que vayan llegando. Y dar uso a los libros.
Es probable que en el futuro salgan mejores opciones, más dinámicas, rápidas y funcionales. Si conoces algún proyecto en marcha o una aplicación que cumpla con su cometido y no esté mencionada, agradecería que me lo hagas saber.
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